Wednesday, July 05, 2006

:: Discurso sobre la Mujer ::


:: La representación de la mujer es un producto masculino. Esta afirmación no debe, por el hecho de haberse convertido en una obviedad, dejar de ser proclamada. A lo largo de la historia, el hombre ha ido construyendo una imagen de la mujer que fluctúa entre la sumisión y la perfidia... De esta contraposición se derivó la necesidad de limitar el ejercicio del sexo y de, por consiguiente, imponer la abstinencia como norma y el ejercicio de la sexualidad como excepción o transgresión. La falacia argumental durante tanto tiempo aducida era básicamente la siguiente: la conducta sexual es perniciosa y la mujer es el instrumento que el mal utiliza para llevar al hombre hacia lo pernicioso. Si la conducta sexual era la dedicación del Diablo, la consecuencia lógica era asociar la lujuria a la mujer: sexo-diablo-mujer son los elementos de la tríada que soporta el pensamiento misógino desde los albores de la civilización ::

1 Comments:

Blogger Austral said...

Es como el huevo o la gallina. En todo caso, son defectos compartidos.
Un saludo.

6:23 AM  

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